Hace aproximadamente un mes atrás se difundió la noticia sobre el gran descubrimiento de la tumba de la grandiosa Cleopatra a cargo del experto Zahi Hawass, el mayor egiptólogo del mundo, quien asegura haber hallado el lugar donde fue enterrada la reina egipcia, noticias que se hizo viral en poco tiempo llegando a causar gran expectativa en todo el mundo y reabriendo aquella historia hecha leyenda de la hermosa y audaz Cleopatra. Sin embargo de palabras a hechos existe un gran estrecho y esta noticia aún flotaba en la nebulosa pues a pesar de tener una gran esperanza y expectativa en los restos de las ruinas del templo Taposiris Magna, a unos 45 kilómetros al oeste de la ciudad mediterránea de Alejandría, donde alguna vez la gran reyna se proclamó como diosa de la vida misma, llego a ser solo una ilusión de una mente inundada en un recuerdo.
El gran hallazgo sin dejar de ser importante para la
historia y de brindar información importante para el ansiado encuentro
simplemente llego a ser una pista más en el camino hacia la gran tumba de la
“Diosa Cleopatra”.
Urnas y restos de ofrendas para la diosa junto a manuscritos en dos idiomas que
relataban la grandiosidad de la época y la tragedia de amor entre los amantes
cautivos que cayendo en el delirio de la grandiosidad cayeron en la historia hasta llegar a estos
tiempos.
Sin duda una desilusión casi efímera, pues estando cerca se esta tan lejos de saber más sobre la dama que añoraba llegar a cumplir el sueño del gran Alejandro Magno que muchos en la actualidad lo creen imposible de lograr pero que en su tiempo fue la meta de muchos por lograr, Pero quizá este gran descubrimiento no esté lejos sino más cerca, pues después de casi 50 años al fin se llega a nombrar a Cleopatra una vez más en el tiempo.