Médicos de la Clínica Universitaria de Navarra y de la Universidad de Sevilla han obtenido resultados muy prometedores para el tratamiento del Parkinson con una nueva técnica que consiste en el autoimplante de células del cuerpo carotídeo. Esta intervención, experimentada hasta ahora en primates y en dos personas, reduce en un 90 por ciento los síntomas de la enfermedad y podría suponer una alternativa eficaz al implante de células fetales.
La nueva técnica fue presentada ayer por los doctores María Rosario Luquin, especialista del Departamento de Neurología de la Clínica Universitaria de Navarra, y José López-Barneo, profesor de Fisiología de la Universidad de Sevilla.
Consiste en implantar en el cerebro del paciente sus propias células carotídeas. Estas células liberan dopamina, que es una sustancia responsable de transmitir el movimiento y que falta en el cerebro de los enfermos de Parkinson.
Los resultados obtenidos en primates —a los que se les había inducido un síndrome parkinsoniano— demuestran que el autoimplante de células carotídeas reduce significativamente los síntomas de la enfermedad, hasta en un 90 por ciento, y además, «induce la reinervación dopaminérgica del estriado implantado de los animales», afirman los investigadores.
En el proyecto de investigación, cuyos resultados han sido publicados en la revista científica «Neuron», también han participado los doctores Joaquín del Río, del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, y Ricardo Insausti. Las ratas y primates que han sido sometidas a este tratamiento experimental han manifestado una «rápida mejoría, al cabo de quince días, que no es transitoria», pues se ha mantenido a lo largo de los cinco meses que han transcurrido desde la intervención. Los temblores desaparecieron y se apreció una mayor rapidez en las reacciones de estos animales, en los que mejoró además su postura y estabilidad.
El equipo de la Universidad de Sevilla ha experimentado ya la técnica en dos seres humanos, aunque todavía es pronto para sacar conclusiones. No obstante, los resultados son «en principio alentadores y positivos». Además, la gran similitud que guardan los primates con los seres humanos hacen pensar que se podrían conseguir en las personas los mismos logros que en estos animales.
Una de las principales ventajas de esta técnica es que utiliza células procedentes del mismo paciente, lo que evita el tratamiento inmunosupresor que se necesita cuando se implantan células de otros donantes para evitar el rechazo. Además, puede constituir una alternativa eficaz al implante de células procedentes de embriones humanos.
Resultados preliminares
Según explicaron los responsables del trabajo de investigación, los resultados expuestos son «algo absolutamente preliminar» y quedan a la espera de poder valorarlos en humanos, algo que no se podrá realizar con la suficiente perspectiva hasta dentro de cuatro o cinco años. Sobre las características que deben tener los pacientes para recibir este nuevo tratamiento, la doctora Luquin adelantó que «la edad puede ser un factor limitante», ya que el cuerpo carotídeo del que proceden las células para el autoimplante se vuelve con los años más fibroso, por lo que apuntó los 60 años como posible límite para someterse a una operación.
El Parkinson afecta a una de cada mil personas en general, aumentando el porcentaje a cinco de cada mil en mayores de sesenta años. Los actuales tratamientos médicos para tratar esta enfermedad consiguen la desaparición o atenuación de síntomas como temblores o rigidez, pero algunos pacientes dejan de responder a los fármacos con el tiempo.